El traje de chinaco que se exhibe en el Museo de la Charrería es una verdadera joya de la indumentaria tradicional mexicana. Confeccionado en un vibrante color azul de paño y detallado con espiguilla de plata, este traje evoca la elegancia y la distinción propias de la época. Sus botones en la parte inferior del pantalón permiten abrir la campana, añadiendo un toque de versatilidad a la vestimenta.

La blusa y calzonera de manta aportan un contraste agradable al conjunto, otorgándole una autenticidad arraigada en las raíces de la cultura mexicana. La faja ceñida en rojo, así como la pañoleta del mismo tono, aportan un toque de color y vitalidad al atuendo. Destacan las hombreras decoradas con madroños, pequeñas bolitas que cuelgan a los lados, elemento característico de la moda de la época.

Este traje de chinaco se distingue por su influencia europea, principalmente de la moda española. Los famosos madroños aportan un toque distintivo que remonta a las tendencias de la aristocracia española de la época. Es importante destacar que, aunque este traje comparte ciertos elementos con el atuendo chinaco destinado al trabajo en el campo, presenta una mayor militarización en su estilo, evocando la vestimenta de los renombrados insurgentes.

Al observar esta pieza, se nos brinda una valiosa ventana al pasado, recordándonos la riqueza y la evolución de la moda y la cultura en el contexto histórico mexicano. Este traje de chinaco es un testimonio tangible de la influencia y la adaptación de las tendencias europeas en la vestimenta tradicional de México durante aquel período crucial en la historia del país.