Esta montura charra destaca por su excepcional belleza y la riqueza de tres trabajos artesanales tradicionales: el encorrillado con peal, el piteado y el cincelado, todos realizados con motivos florales.

Dentro del cincelado floral, sobresale una figura fitomorfa que evoca un rostro tipo gárgola, un detalle cargado de simbolismo, utilizado históricamente en haciendas e iglesias como elemento protector para ahuyentar a los malos espíritus.

La silla presenta herrajes de acero con finas incrustaciones de plata que realzan su categoría. En el contra látigo se encuentra un alza cincho de pasador con un diseño singular, también decorado con encorrillado y piteado, reflejando el delicado trabajo artesanal que caracteriza esta pieza.

Una obra que fusiona tradición, simbolismo y arte, digna de ser admirada en el museo.