El plato damasquinado en oro que se exhibe en el Museo de la Charrería es una auténtica joya de la orfebrería Toledana, un tesoro que España obsequió a la Asociación Nacional de Charros de México, ahora la Federación Mexicana de Charrería. Más allá de su exquisito bordado y ornamentación, lo que realmente distingue a esta pieza es la leyenda que porta, un emblema de la estrecha unión entre España y México a caballo.

En el centro del plato, reposa el escudo nacional de México, flanqueado por la herradura y la espuela, símbolos icónicos de nuestra tradición charría. El logo de la Federación Mexicana de Charrería, antes Federación Nacional de Charros, se encuentra también representado con orgullo, junto a la asociación española de charros. Sin embargo, el elemento más significativo es la corona española, que se alza majestuosa sobre esta composición.

Este plato no solo es una obra de arte excepcional, sino también un testimonio tangible de la profunda amistad y el reconocimiento entre naciones con una arraigada tradición ecuestre. A través de esta pieza, se celebra la valoración de nuestra expresión cultural y la estrecha relación que existe entre España y México en el ámbito de la charrería. La coronación por parte de España añade un nivel de significado aún más profundo, subrayando la importancia que se otorga a la Federación Mexicana de Charrería como embajadora de esta rica tradición en el ámbito internacional.