TRAJE DE CHINACO DE GAMUZA DE VENADO
Este traje está confeccionado a partir de la lujosa gamuza de venado, destacándose por su excepcional calidad y durabilidad, marcando así un avance significativo con respecto a las prendas anteriores. En este caso específico, el traje presenta una evolución aún mayor, al incluir un conjunto de botones de plata en forma esférica, conocidos como “truenos”, que aportan un nivel adicional de elegancia y singularidad.
El traje de chinaco, en sus inicios durante el siglo XVI, reflejaba la esencia de la vestimenta de la época. Estaba confeccionado principalmente a partir de gamuza de venado, material que otorgaba resistencia y protección contra los elementos del entorno. Este atuendo se componía de una blusa de manta que se llevaba por encima y un calzón también confeccionado en manta, que se usaba por debajo. Estas prendas eran fundamentales para resguardarse de los abrojos y las inclemencias del tiempo, proporcionando a quienes las portaban una defensa práctica y efectiva.
Para unir las pieles en la parte delantera y trasera, en sus orígenes se empleaban cordeles, lo que confería al traje una cierta rusticidad auténtica. Posteriormente, se introdujeron botones elaborados de cuerno y hueso, fabricados a partir del mismo material que la gamuza, aportando un toque de sofisticación al diseño.
En cuanto al ajuste y sujeción del atuendo, se utilizaba una faja o ceñidor, que se amarraba en la cintura, proporcionando no solo una función práctica sino también un elemento de contraste visual. Además, en el cuello se empleaba una pañoleta roja, no solo como un elemento estilístico, sino también para ofrecer protección adicional.
La chaquetilla, en sus inicios, se presentaba en una forma más sencilla, sin las hombreras y botones ornamentales que caracterizarían las versiones posteriores del traje de chinaco. Sin embargo, esta prenda mantenía su funcionalidad esencial, brindando cobertura y abrigo.
El traje de chinaco en sus orígenes era un testimonio de la adaptación ingeniosa y práctica de los materiales disponibles en la época, combinados con la necesidad de protección y comodidad en un entorno desafiante.
Este pequeño pantalón anillado, con su bordado exquisito y sus detalles distintivos, nos ofrece una ventana a una época de maestría artesanal y elegancia. Es una verdadera joya en la colección del museo, un testimonio tangible de la rica historia y tradiciones que dan forma a la charrería.