SEDIA CHARRO DI GALA CON 3 OPERE ARTIGIANALI
En el Museo de la Charrería se encuentra una impresionante silla charra de media gala con bastos cortos y un fuste estilo cola de pato, que ejemplifica la maestría y el refinamiento de la charrería tradicional mexicana. Esta pieza es un claro reflejo de la evolución estética y funcional de las sillas de montar utilizadas en la charrería, que han sido perfeccionadas a lo largo de los siglos para adaptarse tanto al trabajo ganadero como a las exigencias del deporte ecuestre.
Diseño y características
La silla charra de media gala se distingue por su diseño elegante y funcional. Los bastos cortos, que conforman la estructura de la silla, están cuidadosamente ajustados para proporcionar un soporte cómodo y seguro al jinete. Estos bastos están **decorados con almendrillas en los bordes, un detalle ornamental que no solo embellece la pieza, sino que también refuerza la durabilidad de las partes más expuestas al uso.
El fuste estilo cola de pato, que caracteriza a esta silla, se reconoce por su forma curvada y estilizada, que facilita un ajuste más anatómico para el jinete y permite un mayor control del caballo, especialmente durante las suertes de la charrería. Este diseño no solo tiene una función práctica, sino que también le da a la silla una apariencia única y distintiva, resaltando la creatividad de los artesanos que la elaboraron.
En el asiento, la silla presenta una rosadera, un elemento de gran importancia que proporciona estabilidad al charro, permitiéndole un mejor apoyo durante las maniobras y evitando deslizamientos. Además, las arciones de sudadera están presentes, lo que facilita la correcta colocación de la silla y evita la irritación del animal durante largas jornadas de trabajo o competencia.
Herraje y detalles decorativos
Uno de los aspectos más destacados de esta silla es el herraje de plata que adorna tanto el asiento como los bastos. La plata, un material tradicionalmente utilizado en la charrería, aporta no solo una belleza refinada, sino también una resistencia y durabilidad excepcionales frente al desgaste del uso.
El trabajo cincelado en la silla es otro ejemplo de la destreza del artesano mexicano. Este trabajo, realizado con meticulosidad, cubre las partes metálicas con finos detalles que destacan por su complejidad y belleza. Además, el cordón de pita que rodea el contorno de la silla, realizado con fibras naturales, refuerza tanto la estética como la funcionalidad, otorgando mayor resistencia y una apariencia artesanal que es muy apreciada en la charrería.