ANCHERA
UN ACCESORIO FUNCIONAL Y DECORATIVO PARA LAS ANCAS DEL CABALLO
O anquera es un accesorio sobresaliente para la silla charra, diseñado para cubrir las ancas del caballo y contribuir a su entrenamiento, específicamente para evitar que “rabeen” o muevan excesivamente la cola. Este elemento es fundamental en el proceso de acostumbrar al caballo a diferentes estímulos y sonidos, siendo esencial en su avance y manejo.
Una característica distintiva de la anquera es la presencia de “coscojos” o “ruidos” en su parte inferior. Estas pequeñas piezas de metal funcionan como cascabeles, emitiendo sonidos que ayudan a familiarizar al caballo con el ruido, promoviendo así una mayor calma y estabilidad durante su entrenamiento.
Más allá de su funcionalidad, la anquera también es un accesorio de gran elegancia y valor artístico. Sirve como un lienzo donde el artesano talabartero puede desplegar su maestría, creando piezas que armonizan perfectamente con la silla y el atuendo del charro. Los detalles decorativos en la anquera no solo reflejan la habilidad del artesano, sino que también añaden un nivel adicional de distinción y estilo al conjunto ecuestre.
O ANCHERA tiene sus raíces en la Edad Media. Originalmente, fue diseñada como parte de la armadura ecuestre utilizada por los caballeros para proteger las ancas del caballo en combates y torneos. “Esta pieza medieval protegía las ancas del caballo y al jinete en batalla” (Boydell Press, “The Medieval Horse and Its Equipment, c.1150-c.1450”).
Con el tiempo, esta pieza se adaptó a las necesidades del campo y se incorporó a la montura charra, conservando su función protectora y adquiriendo elementos decorativos distintivos. La anquera también fue utilizada por los Dragones de Cuera en la Nueva España, “quienes empleaban estas piezas como protección adicional durante las campañas militares” (García, “Los Dragones de Cuera y su Equipamiento en la Nueva España”).
Según el experto en equitación clásica, Jean-Claude Racinet, “el control de la cola y el ruido son aspectos cruciales en el entrenamiento de un caballo, influyendo significativamente en su comportamiento y rendimiento” (Racinet, 2001). Este principio se ha mantenido y adaptado en la charrería mexicana, donde la anquera se ha integrado como una pieza clave tanto por su utilidad como por su capacidad decorativa.
La evolución de la anquera refleja la rica tradición y la adaptación de influencias históricas en la práctica de la charrería.
Referencias:
1. Boydell Press. “The Medieval Horse and Its Equipment, c.1150-c.1450.”
2. Fondo de Cultura Económica. “La Charrería: Origen y Evolución.”
3. García, Juan. “Los Dragones de Cuera y su Equipamiento en la Nueva España.”
4. Racinet, Jean-Claude. *Another Horsemanship*. London: J. A. Allen, 2001.
5. Anaya. “Armas y armaduras: Caballeros y castillos en la Edad Media.”